A meeting point for all the Translation and Interpreting Students of the University of Murcia

Dónde encontrarnos

Podéis encontrarnos mediante:

Redes sociales

Facebook: http://www.facebook.com/#!/AMETIumu

Twitter: http://twitter.com/#!/ameti_2011


Correo electrónico


ameti2008@gmail.com

Mostrando entradas con la etiqueta Gramática. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Gramática. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de agosto de 2008

Pekín, y no Beijing

Aprovecho el tirón de las Olimpiadas para recordar que hemos de ser correctos en nuestra lengua.
Ya he visto en alguna publicación que otra "Juegos Olímpicos de Beijing", por lo que pensaba que sería una ciudad china que no fuera la capital (aunque me parecía raro), y ahora me entero de que Beijing es en realidad Pekín.

Aunque en China llamen a la capital Beijing y en inglés se puedan emplear indistintamente las formas Beijing (la original china) y Peking, la capital del gigante asiático se llama Pekín en español y debemos respetarlo y no calcarlo ni del inglés ni del chino.

La propia página web oficial de los Juegos Olímpicos en español (http://www.olimpiadasbeijing2008.com/) se llama "Olimpíadas Beijing 2008", por lo que los propios medios y organismos propagan el mal uso de esta forma toponímica calcada. Es curiosa la forma que tienen de denominar a la página: Información sobre las olimpíadas de Beijing en el 2008, conocido también como los juegos olímpicos de Pekín en China. ¿Conocido también? Señores, son los Juegos Olímpicos de Pekín, no de Beijing. En todo caso, habría que ponerlo al revés, y tampoco sería correcto, porque repito, ese uso toponímico no está contemplado en español.

Muy interesante el artículo escrito por Juan Puig en Elcastellano.org, donde da queja de este mal uso del nombre de la capital de China (podéis leerlo pinchando aquí).

viernes, 27 de junio de 2008

¿Miembr@?

Cómo no, había que hablar del temita de actualidad, que para eso somos lingüistas, ¿no? xD

Como subscriptora de Las Noticias del Castellano, me mandaron el email correspondiente con las noticias últimas y entre ellas venía... tachán tacháááán... la siguiente noticia que os relato a continuación. La polémica está servida, así que se permiten comentarios y se permite que si alguien (incluyendo profesores) quiere escribir algo al respecto reflejando sus posturas y factores a favor o en contra del cambio, que lo mande a ameti2008@gmail.com.

Ahí vamos con la noticia en cuestión:

19/06/2008

Ministra española desata polémica con palabra "miembra"


Diario Uno

La palabra "miembra" es una incorrección. No figura en el diccionario de la Real Academia Española, que fija la norma. Proferirla es una "estupidez", una "sandez" y una muestra de "feminismo salvaje", según Javier Marías, Fernando Savater y Juan Manuel de Prada. Pocas veces un error gramatical -con o sin intención- desató tales diatribas contra una miembro del gobierno español, como le está ocurriendo a Bibiana Aído, la primera ministra de Igualdad de la historia de España. "Palabras como guay o fistro no tuvieron tanta dificultad para ser incorporadas al diccionario. Puede haber una cuestión de machismo de fondo", se quejó la ministra días después en una entrevista en la que cometió otro error: la palabra fistro no figura en el diccionario.

El feminismo y la gramática española no se llevan bien. Viene de antiguo. "El lenguaje está creado por el hombre, para el hombre y tiene como objeto el lenguaje del hombre", sostiene la filóloga Pilar Careaga, autora de la obra El libro del buen hablar. Una apuesta por un lenguaje no sexista. Las mujeres se quejan de que no existen si no son nombradas, o que sólo figuran de forma peyorativa en un sistema lingüístico creado en sucesivas etapas de la historia en las que lo femenino no pintaba nada. La igualdad es tan reciente como que las españolas lograron el derecho a votar en 1931, mientras que los varones lo obtuvieron por vez primera en 1890. Los guardianes de la lingüística lo encuentran absurdo. "No tiene sentido pensar que la gramática está contra los hablantes. No es verdad, pero en las lenguas romances el masculino es el término no marcado", tercia el académico Ignacio Bosque.

¿Se puede decir "miembra"? Ya quedó dicho que no, que la RAE considera al sustantivo "miembro" como un nombre común en género, esto es, un término ambidiestro, que sirve para unas y otros (las miembros, los miembros). Un transformista que se feminiza o masculiniza según el contexto. Claro que no siempre fue así. Hasta 2005, la palabra "miembro" era considerada por la Academia un epiceno, un nombre asexuado, sin femenino ni masculino, como "víctima", "bebé" o "criatura". Conclusión: las cosas cambian.

Hasta el académico Salvador Gutiérrez, catedrático de Lingüística General de la Universidad de León, concedió en plena tormenta que lo que hoy suena peregrino, mañana puede ser norma si la población comienza a utilizarlo. "La lengua es el organismo más democrático que existe en el mundo", declaró.

En esa evolución de las lenguas están de acuerdo todos. En que lo hacen atendiendo a patrones de la calle, también. "No se puede emitir lenguaje con BOE, el lenguaje se crea todos los días y hay palabras que triunfan y otras no", sentencia Careaga. Como triunfó "rebeca" para designar a las chaquetas de punto sin cuello que vestía la protagonista de la película que dirigió Alfred Hitchcock a partir de la novela de Daphne du Maurier Rebeca. "Las palabras van cambiando, pero no se puede hacer por decreto ni pedir a la Academia que las cambie. La Academia refleja la realidad", sostiene Bosque, que coordina los trabajos para la nueva gramática, que sustituirá a la vigente desde 1973 (en realidad, un esbozo de la aprobada en 1931). Un capítulo de la obra se dedicará íntegramente al género.

Hay filólogas, con años de experiencia en el estudio del sexismo en el lenguaje, que sí defienden el uso de la palabra "miembras". "¿Era incorrecto decir abogada antes de que la palabra estuviese en el diccionario de la RAE?", interpela retóricamente Eulalia Lledó. "No", contesta, "la corrección en la lengua no es un valor absoluto. Y no veo nada en contra de la corrección de la palabra miembra".

El Instituto de la Mujer, en su proyecto nombra.en.red, una base de datos para promover la escritura en femenino y en masculino, acepta la clasificación del diccionario de la RAE. Pero no exclusivamente: "No podemos ignorar que son cada vez más las hablantes a las que les gusta denominarse miembras, en contra del criterio de la Academia. Entre las alternativas que sugerimos, se cuentan también aquellas que consideran la posibilidad de que la palabra miembro pase a ser de doble género, femenino y masculino".

Cuando esto lo ha asumido la ministra Aído, en un guiño a las organizaciones de mujeres que luego trató de rectificar y de nuevo reivindicar, la Academia se soliviantó. Lo de miembras disgusta hasta a las miembros. "Me parece increíble que una ministra tenga tan poco rigor, lo encuentro ridículo y negativo. La Academia no inventa, es un notario", sostiene Ana María Matute, la única escritora que pertenece a la institución. La historiadora Carmen Iglesias y la científica Margarita Salas son las otras dos mujeres que se sientan en la Academia, donde el 93% son hombres.

"No cambiaría con más mujeres en la RAE. Hay personas que defienden los cupos y otras, no. Lo importante es dar igualdad de oportunidades y que los puestos se hagan en condiciones de igualdad", asevera el académico Ignacio Bosque.

Distinta es la opinión de Pilar Careaga: "Cambiaría con el 50% de académicas. Pero ocurre que tres varones proponen a alguien que tiene que ser aprobado por una corporación varonil. ¿Es que Almudena Grandes y Maruja Torres son peores que Javier Marías o Arturo Pérez-Reverte?". Para la filóloga, el crédito de la institución está en entredicho por decisiones actuales y por exclusiones históricas: "Se califica a sí misma una Academia que no fue capaz de acoger a María Moliner, la lexicógrafa por excelencia". Moliner falleció en 1981, tres años después de que fuese admitida la primera académica: la escritora Carmen Conde.

La última persona en ingresar en la RAE ha sido el escritor Javier Marías. Días antes, publicó un artículo en este periódico que tituló: "No esperen por las mujeras". Y decía así: "Es absurdo, además de dictatorial, que diferentes grupos -sean feministas, regionales o étnicos- pretendan, o incluso exijan, que la RAE incorpore tal o cual palabra de su gusto, suprima del diccionario aquella otra de su desagrado, o "consagre" el uso de cualquier disparate o burrada que les sean gratos a dichos grupos". Concluía señalando que no pueden borrarse vocablos por mucho que disgusten ahora al oído, como "judiada", porque ha existido y se halla en textos clásicos.

Ante palabras cargadas de prejuicios, Eulalia Lledó no propone la supresión, sino la incorporación de una nota pragmática aclaratoria. El diccionario recoge las palabras que la sociedad crea, pero también consagra los usos lingüísticos correctos. "La RAE debería haberse puesto a la cabeza y no ir detrás del proceso de cambio que vivimos. Las palabras tienen que estar al servicio de las personas y no al revés", considera Antonio García, fundador de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige).

El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional a partir de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975. No es exclusivo de las lenguas latinas. "Hay parámetros sexistas y androcéntricos universales, pero en cada lengua se manifiestan de distinta manera", indica Lledó. Incluso el inglés, citado a menudo como un ejemplo libre de carga sexista, ha recibido la presión de movimientos sociales en los setenta y los ochenta para eliminar prejuicios.

Deborah Cameron, profesora de Lengua y Comunicación en la Universidad de Oxford, pone el ejemplo de la palabra fireman (bombero), gestada a partir de la palabra man (hombre), que ha sido reemplazada con el término firefighter. Cameron advierte de que los vocablos sexistas perviven en distinto grado en el lenguaje cotidiano y en los periódicos. Y concluye: "Las instituciones pueden legislar sobre el lenguaje, pero las reformas sólo funcionan si la mayoría de los hablantes las aceptan. La gente nunca consulta a las autoridades antes de abrir la boca".

Consulta online: http://elcastellano.org/noticia.php?id=669 [Consulta: 27-6-2008]

viernes, 30 de mayo de 2008

Arma, ¿palabra femenina o masculina?

Alguna vez hemos comentado en clase (sobre todo con nuestro querido Decano en aquellos principios de carrera) el tema de las palabras femeninas que comienzan con "a" tónica, que a la hora de ponerle el artículo, hay que usar el artículo masculino para evitar la cacofonía (el arma). Sin embargo, no podemos olvidar que la palabra en origen es femenina, y que si escribimos alguna palabra en medio tenemos que cambiar el artículo y ponerlo en femenino (la misma arma).

¿Y a qué viene este rollo?, os preguntaréis. Bien, como traductores es muy importante conocer toda la gramática de la lengua extranjera que manejemos, pero no por ello nos podemos olvidar de nuestra lengua A, en este caso el español (de la cual deberíamos tener nuestras gramáticas, libros de estilo y diccionarios de uso y dudas en las estanterías de nuestras habitaciones).
Así nos lo recuerda la Fundación del Español Urgente (Fundéu) en el siguiente artículo que acabo de encontrar en la página Inttranews (página muy interesante para estar al día de toda la actualidad relacionada con las lenguas y la traducción; tenéis el enlace también en el menú de la izquierda, en interesantes):

P.D.: aunque no os lo creáis y esto parezca de cajón, esas burradas existen y yo las he visto. De hecho, me dedicaré a colgaros todas las burradas que vea a partir de ahora en periódicos y demás =-p

español urgente 26-05-2008

Fundéu: No es correcto decir 'los mató con el mismo arma'

La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) quiere recordar que la palabra 'arma' es de género femenino, y que por lo tanto es erróneo su empleo como masculino, algo muy habitual en los medios de comunicación, especialmente en la radio y la televisión.


Al tratarse de palabras de género femenino que comienzan por la letra 'a' tónica (es decir, que el acento va en esa 'a'), deben ir precedidas por el artículo 'el': 'el arma', y eso hace que muchos hablantes supongan que se trata de una voz masculina.

También el artículo indeterminado femenino 'una' se apocopa ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica y se emplea la forma 'un': un arma, un águila, un hacha.

Así, se ven y se oyen noticias en las que se escriben o se dicen cosas como 'los mató con el mismo arma', 'la policía sospecha que el asesino empleó otro arma', etc., en lugar de 'los mató con la misma arma' o 'la policía sospecha que el asesino empleó otra arma'.

La Fundación del Español Urgente, patrocinada por la Agencia Efe y el BBVA, y que trabaja con el asesoramiento de la Real Academia Española, recuerda que arma es femenino, aunque esa palabra se use con al artículo determinado 'el'.

La Fundéu BBVA (www.fundeu.es), cuyo principal objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, cuenta con la colaboración, entre otras instituciones, el Instituto Cervantes, la Fundación San Millán, las universidades Complutense de Madrid, Alcalá, Castilla-La Mancha y Cádiz, El Corte Inglés, Red Eléctrica, Gómez-Acebo & Pombo, Iberia, CEDRO, CELER Soluciones, Accenture, y Hermes Traducciones.


Terra Actualidad - EFE


Enlace directo a la noticia: No es correcto decir: "Los mató con el mismo arma"