A meeting point for all the Translation and Interpreting Students of the University of Murcia

Dónde encontrarnos

Podéis encontrarnos mediante:

Redes sociales

Facebook: http://www.facebook.com/#!/AMETIumu

Twitter: http://twitter.com/#!/ameti_2011


Correo electrónico


ameti2008@gmail.com

Mostrando entradas con la etiqueta Ley de Propiedad Intelectual. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ley de Propiedad Intelectual. Mostrar todas las entradas

martes, 9 de junio de 2009

Los traductores levantan la voz

Os cuelgo un artículo publicado en el diario El País que la profesora María del Mar nos ha colgado en suma.

ENTREVISTA: Feria del Libro de Madrid

Los traductores levantan la voz

Tres premios nacionales de traducción conversan sobre los retos de un gremio maltratado por la industria editorial - Un debate en el Retiro aborda la profesión


JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 06/06/2009

Los traductores no paran. En otoño estará listo el Libro Blanco de la Traducción, el lunes se celebra en el Instituto Cervantes de Madrid el simposio Traducir Europa y mañana a las 11.00 tendrá lugar en la Feria del Libro el coloquio Con traducción no hay Pirineos. Para reflexionar sobre su trabajo, EL PAÍS reunió a María Teresa Gallego Urrutia (Madrid, 1943), José Luis López Muñoz (Madrid, 1934) y Miguel Sáenz (Larache, 1932) en casa de este último. Los tres tienen en su currículo el Premio Nacional de Traducción. Mientras que gracias al anfitrión hemos leído a autores como Günter Grass, Thomas Bernhard o Salman Rushdie, a López Muñoz se le deben versiones de Faulkner, Scott Fitzgerald o Joyce Carol Oates. Entre tanto, Gallego se ha ocupado de Gide, Jonathan Littell o Modiano. Vicepresidenta de ACEtt, la sección de traductores de la asociación de escritores, ella es la que lleva las cifras: "Un 35% de lo que hay en una librería española es traducido". La web de ACEtt (www.acett.org) contiene una tabla de tarifas mínimas recomendadas que van de los 35 euros por cada 1.000 palabras para el inglés y las lenguas romances a los 60 para las orientales. Unos mínimos que no siempre se cumplen.


Pregunta. ¿Se puede vivir de la traducción literaria?

Miguel Sáenz. El 90% de los traductores tiene otro oficio, algo que les obliga a una doble jornada. La traducción literaria no es rentable. Lo bueno es que puedes elegir lo que traduces.

José Luis López Muñoz. Un traductor es como un actor. Cuando tiene prestigio puede rechazar los papeles que no le gustan, pero eso no le garantiza interpretar lo que quiera porque igual nadie se lo ofrece.

M. S. Descubrir algo nuevo es una de las ventajas de este trabajo. Cuando me llegó el manuscrito de Hijos de la medianoche, Salman Rushdie no era nadie. Un caso distinto es La historia interminable. No es una obra maestra, pero tenía cuatro hijos pequeños y me apetecía. Y es el único libro que me ha dado dinero. Salvo excepciones, los editores sienten un desprecio escandaloso por el traductor.

María Teresa Gallego. Hay estudios que demuestran que es ínfimo el coste de una traducción bien pagada en el precio general de un libro. O sea, no pagan mal para ahorrar, sino porque nos desprecian.

M. S. A la mayoría les tiene sin cuidado la traducción. Lo que quieren es que les salga barata. Y las tarifas están bajando.

J. L. L. M. La actitud cambiará cuando los lectores protesten por la calidad de las traducciones. Aquí todo el mundo se queja pero nadie protesta.

P. Pero ustedes están ya consagrados...

M. T. G. Después de 40 años de oficio, soy una privilegiada: me dan buenos libros, no me tocan una coma, me respetan el contrato... Lo que quiero es que ésa sea la pauta para todos los traductores.

P. Pese a las condiciones, el nivel de la traducción en España es alto.

J. L. L. M. Uno traduce porque quiere comunicar algo que ha leído y que le ha gustado mucho.

M. S. Ahí tengo unas actas de la Comisión de Derecho Internacional, que es más fácil de traducir que una novela. Por cada página me pagan seis veces más. Si en un mes puedo ganar lo que en un año... Cuando te viene un encargo así y lo rechazas para traducir a Günter Grass es que estás loco.

P. ¿Cuáles serían las condiciones ideales de trabajo?

M. T. G. Que se cumpla la Ley de Propiedad Intelectual. Que no haya traducciones sin contrato y que no haya contratos que se salten la ley.

M. S. ...que las editoriales respeten esos contratos. Porque las liquidaciones son de risa.

M. T. G. Hace falta un organismo estatal que controle eso. Que no todo tenga que pasar por el juzgado.

P. ¿La ley es buena?

M. S. Sí, pero se incumple. Y no puedes estar todo el día pleiteando con multinacionales. Hay editores que se quedan con subvenciones que deberían ir al traductor.

J. L. L. M. Y cuando un editor vende tu traducción -por ejemplo, al Círculo de Lectores-, lo hace por un precio que no conoces, y se queda con la mitad.

P. ¿Qué porcentaje del precio de un libro es para el traductor?

J. L. L. M. Lo habitual es un 1%. En autores libres de derechos, entre un 3% y un 5%.

M. T. G. De todos modos, el poco aprecio general se nota en cosas que no cuestan dinero. Muchas veces las reseñas de libros omiten en la ficha el nombre del traductor, o dicen que tal libro lo ha "traducido" la editorial equis. No digo ya poner al traductor en la cubierta del libro, cosa que hacen sólo unas pocas. Dicen que estropea el diseño.

M. S. Nos van a llamar vanidosos. La mayoría no lo ponen ni en la web.

M. T. G. No es vanidad, es un asunto laboral. El editor me pagará decentemente si sabe que le doy beneficios, que soy un valor añadido, si sabe que una buena traducción le va a dar tres céntimos más. Y para eso el lector tendrá que saber que existo. Hay gente que cree que todos los libros vienen directamente escritos en español.

M. S. En España hace 40 años nadie sabía quién había hecho una película. Hasta que llegaron los franceses con el cine de autor. Ahora el espectador sabe que los directores tienen nombre. Puede que un día pase eso con los traductores.

miércoles, 18 de febrero de 2009

La vida de un traductor literario I

Sigo colgando cosas interesantes. Hace un par de años apareció en el diario El País este artículo hablando sobre el sector del traductor literario en España. Hoy me he acordado de él, así que lo rescato para todos vosotros, que os puede resultar ilustrador e interesante.

"REPORTAJE: Los problemas básicos de un sector básico de las letras

Traducciones crecientes, dinero menguante

La situación de los traductores empeora por las subastas y el nuevo sistema para valorar su trabajo

VIRGINIA COLLERA - Madrid - 06/01/2007

Traduttore, traditore es quizás la más famosa de las sentencias sobre los traductores. La traición del traductor es metafórica: traiciona a las lenguas porque es imposible trazar una equivalencia perfecta entre ellas, y también traiciona al autor del texto que traduce y al que debe ser fiel (y, estrictamente, casi nunca lo es). Y, tal como están las cosas, habría que acuñar una nueva máxima: Editore, traditore -ésta sin metáforas- para describir la situación de la traducción literaria en España.

Desde 1987 la Ley de Propiedad Intelectual protege los derechos de los profesionales de la traducción literaria: tras una ardua negociación la ley reconoció la autoría de los traductores y estableció unos contratos marco pensados para regular las relaciones entre traductores y editores. "Todavía hoy, casi 20 años después, parece que hay editores que desconocen la LPI, los contratos se incumplen sistemáticamente, o al menos, se intentan incumplir", explica Manuel Serrat Crespo, veterano traductor y partícipe de las negociaciones con el gremio de editores.

El incumplimiento de contratos y el impago de los derechos de autor son traiciones de siempre. "Yo no cobro los derechos de autor de ninguno de los libros que he traducido", asegura Encarna Castejón, que ha traducido a George Steiner, Émile Zola o Michel Houellebecq. Las razones de este impago pueden ser diversas: los libros que ha traducido podrían no haber generado derechos de autor -normalmente deben superar los 20.000 ejemplares para que el traductor pueda empezar a cobrar- y, si lo hubieran hecho, ni la editorial ha dicho esta boca es mía ni la traductora ha luchado por lo que legítimamente le corresponde.

Y con el tiempo, las editoriales han pergeñado nuevas traiciones: la mayoría de las editoriales no han revisado sus tarifas desde hace más de 10 años. En realidad, eso no es del todo cierto, algunas sí, pero sólo para menguarlas. "Algunas editoriales llegan a ofrecer entre cuatro y seis euros brutos por página", denuncia María Teresa Gallego, presidenta de la Sección Autónoma de Traductores de Libros de la Asociación Colegial de Escritores de España (Acett). Los traductores con cierta experiencia no aceptan esas tarifas irrisorias, pero quienes se toman la traducción como una mera afición o quienes están empezando no suelen pelear demasiado por unas tarifas dignas. "Por eso cada vez hacemos más cursillos y mesas redondas, porque sabemos que les van a putear", asegura Gallego.

En este afán editorial por encoger las tarifas ha aparecido una nueva modalidad: las subastas a la baja. "Ofrecen un libro a varios traductores y el que acepte la tarifa más baja, se queda con el trabajo", explica Carmen Francí, secretaria general de Acett. En la lista negra de esta asociación se encuentran editoriales como Planeta, Random House Mondadori, Gredos, Urano...

Completa el par de traiciones novedosas el nuevo sistema de facturación que han adoptado algunas editoriales. "Antes nos pagaban por página, porque escribíamos a máquina. Cada folio tiene 30 líneas y 70 espacios y nos pagaban lo mismo independientemente de que esas 30 líneas y 70 espacios estuvieran llenos o no [no los llenarían, por ejemplo, los diálogos ni los versos]: Con ese sistema, editor y traductor daban por supuesto un equilibrio. Sin embargo, hace tiempo, un genio editorial vio que si contaba las páginas y luego sus caracteres y los dividía entre 2100

[que son los caracteres que hay en una plantilla de 30 líneas - 70 espacios]

ya no tenía que pagar al traductor esos espacios en blanco. Seguía respetando los espacios entre palabras pero, a la hora de pagar, ya no existían puntos y aparte, y todo el texto iba corrido, como si fuera una especie de salchicha de texto", explica Carlos Milla quien, junto a Marta Pino, ha elaborado un estudio sobre este nuevo sistema de cómputo, que reduce, aproximadamente, un 20% los ingresos de los traductores.

Lamentablemente, aseguran los traductores consultados, la situación seguirá así, mejorando o empeorando lentamente, hasta que llegue el gran día. "Hasta que no podamos demostrar que las traducciones, las buenas y las malas, afectan a las ventas, a las editoriales les importará un comino", asegura Serrat. En España, dicen, no existe ni se vislumbra que vaya a surgir pronto una cultura de la traducción: "Que un señor o señora vaya a la librería y digan '¿Quién ha traducido este libro?", añade.

Carmen Francí está de acuerdo con el argumento pero, en su opinión, se queda corto. "Como actividad de aficionado la traducción literaria tiene cierto sentido, quizás también lo tendría en una industria pequeña de lenguas minoritarias, pero cuando la industria española es la cuarta en el mundo en número de títulos y su cifra de mercado es importante, es demencial".

Serrat y Francí coinciden en que ahora existe una nueva generación de editores. "El problema está en los tiburones editoriales que trabajan con criterios de rentabilidad a costa del más débil: el traductor, el corrector, los colaboradores externos. Son fabricantes de libros y no editores", dice Francí. "Los viejos editores están desapareciendo y como te encuentres con un jovencito recién salido de la escuela de gestión empresarial no hay manera de hacerle entender que por Verlaine, Apollinaire o Baudelaire no pueden pagar lo mismo que por traducir un libro de autoayuda", señala Serrat. Y Francí recuerda otra máxima -de Celia Filipetto, también traductora, y veterana-: "No se pueden comprar armanis a precios de Zara"."

Extraído de: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Traducciones/crecientes/dinero/menguante/elpepicul/20070106elpepicul_2/Tes?print=1 [18-02-2009]


Y de paso os cuelgo el pdf, que lleva unos gráficos muy monos y bastante ilustrativos. También podéis descargarlo desde aquí.


20070106pag39


Derecho de Propiedad Intelectual del traductor literario

Hola a todos!

Dado que hoy hemos inaugurado en cuarto la asignatura de traducción literaria y la cosa se presta bastante interesante, os doy alguna información que puede seros de utilidad si queréis saber cosas sobre el tema a nivel jurídico: hoy toca ver qué derechos de PI corresponden a esta figura sin la cual no leería ni Dios en este país. Es un poco largo, pero considero que hay que estar bien informados sobre estas cosas para que no nos tomen el pelo y podamos reclamar lo que nos pertenece por derecho propio. Allá va:

A. SOBRE LO QUE ES OBJETO DE PROPIEDAD INTELECTUAL

Artículo 10. Obras y títulos originales.
1.
Son objeto de propiedad intelectual todas las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro, comprendiéndose entre ellas:
a) Los libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y alocuciones, conferencias, informes forenses, explicaciones de cátedra y cualesquiera otras obras de la misma naturaleza.
b) Las composiciones musicales, con [...] letra.
c) Las obras dramáticas y dramático-musicales, [...] y, en general, las obras teatrales.
d) Las obras cinematográficas y cualesquiera otras obras audiovisuales.
e) [...] las historietas gráficas, tebeos o comics [...]
2. El título de una obra, cuando sea original, quedará protegido como parte de ella.

Artículo 11. Obras derivadas.
Sin perjuicio de los derechos de autor sobre la obra original, también son objeto de propiedad intelectual:
1.º Las traducciones y adaptaciones.[...]
3.º Los compendios, resúmenes y extractos.[...]
5.º Cualesquiera transformaciones de una obra literaria,
artística o científica.

Artículo 12. Colecciones. Bases de datos.
1. También son objeto de propiedad intelectual, en los términos del Libro I de la presente Ley, las colecciones de obras ajenas, de datos o de otros elementos independientes como las antologías y las bases de datos que por la selección o disposición de sus contenidos constituyan creaciones intelectuales, sin perjuicio, en su caso, de los derechos que pudieran subsistir sobre dichos contenidos. La protección reconocida en el presente artículo a estas colecciones se refiere únicamente a su estructura en cuanto forma de expresión de la selección o disposición de sus contenidos, no siendo extensiva a éstos.
2. A efectos de la presente Ley, y sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado anterior, se consideran bases de datos las colecciones de obras, de datos, o de otros elementos independientes dispuestos de manera sistemática o metódica y accesibles individualmente por medios electrónicos o de otra forma.
3. La protección reconocida a las bases de datos en virtud del presente artículo no se aplicará a los programas de ordenador utilizados en la fabricación o en el funcionamiento de bases de datos accesibles por medios electrónicos.


B. SOBRE EL CONCEPTO DE AUTOR

Artículo 5. Autores y otros beneficiarios.
1.
Se considera autor a la persona natural que crea alguna obra literaria, artística o científica. [...]

Artículo 6. Presunción de autoría, obras anónimas o seudónimas.
1.
Se presumirá autor, salvo prueba en contrario, a quien aparezca como tal en la obra, mediante su nombre, firma o signo que lo identifique.
2. Cuando la obra se divulgue en forma anónima o bajo seudónimo o signo, el ejercicio de los derechos de propiedad intelectual corresponderá a la persona natural o jurídica que la saque a la luz con el consentimiento del autor, mientras éste no revele su identidad.

Artículo 7. Obra en colaboración.
1.
Los derechos sobre una obra que sea resultado unitario de la colaboración de varios autores corresponden a todos ellos.
2. Para divulgar y modificar la obra se requiere el consentimiento de todos los coautores. En defecto de acuerdo, el Juez resolverá. Una vez divulgada la obra, ningún coautor puede rehusar injustificadamente su consentimiento para su explotación en la forma en que se divulgó.
3. A reserva de lo pactado entre los coautores de la obra en colaboración, éstos podrán explotar separadamente sus aportaciones, salvo que causen perjuicio a la explotación común.
4. Los derechos de propiedad intelectual sobre una obra en colaboración corresponden a todos los autores en la proporción que ellos determinen. En lo no previsto en esta Ley, se aplicarán a estas obras las reglas establecidas en el Código Civil para la comunidad de bienes.

Artículo 8. Obra colectiva. Se considera obra colectiva la creada por la iniciativa y bajo la coordinación de una persona natural o jurídica que la edita y divulga bajo su nombre y está constituida por la reunión de aportaciones de diferentes autores cuya contribución personal se funde en una creación única y autónoma, para la cual haya sido concebida sin que sea posible atribuir separadamente a cualquiera de ellos un derecho sobre el conjunto de la obra realizada. Salvo pacto en contrario, los derechos sobre la obra colectiva corresponderán a la persona que la edite y divulgue bajo
su nombre.

Artículo 9. Obra compuesta e independiente.
1.
Se considerará obra compuesta la obra nueva que incorpore una obra preexistente sin la colaboración del autor de esta última, sin perjuicio de los derechos que a éste correspondan y de su necesaria autorización.
2. La obra que constituya creación autónoma se considerará independiente, aunque se publique conjuntamente con otras.


C. SOBRE LA RELACIÓN ENTRE AUTOR, PROPIEDAD Y DERECHOS

Artículo 1. Hecho generador. La propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creación.[...]

Artículo 2. Contenido. La propiedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal y patrimonial, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obra, sin más limitaciones que las establecidas en la Ley.

Artículo 14. Contenido y características del derecho moral.
Corresponden al autor los siguientes derechos irrenunciables e inalienables:
Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma.
Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo seudónimo o signo, o anónimamente.
Exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra.
Exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación.
Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y las exigencias de protección de bienes de interés cultural.
Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones intelectuales o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los titulares de derechos de explotación.
Si, posteriormente, el autor decide reemprender la explotación de su obra deberá ofrecer preferentemente los correspondientes derechos al anterior titular de los mismos y en condiciones razonablemente similares a las originarias.
Acceder al ejemplar único o raro de la obra, cuando se halle en poder de otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o cualquier otro que le corresponda.
Este derecho no permitirá exigir el desplazamiento de la obra y el acceso a la misma se llevará a efecto en el lugar y forma que ocasionen menos incomodidades al poseedor, al que se indemnizará, en su caso, por los daños y perjuicios que se le irroguen.

Artículo 4. Divulgación y publicación.
A efectos de lo dispuesto en la presente Ley, se entiende por divulgación de una obra toda expresión de la misma que, con el consentimiento del autor, la haga accesible por primera vez al público en cualquier forma; y por publicación, la divulgación que se realice mediante la puesta a disposición del público de un número de ejemplares de la obra que satisfaga razonablemente sus necesidades estimadas de acuerdo con la naturaleza y finalidad de la misma.

Artículo 17. Derecho exclusivo de explotación y sus modalidades. Corresponde al autor el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación, que no podrán ser realizadas sin su autorización, salvo en los casos previstos en la presente Ley.


D. SOBRE LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA DE LA PROPIEDAD

Artículo 42. Transmisión mortis causa. Los derechos de explotación de la obra se transmiten mortis causa por cualquiera de los medios admitidos en derecho.

Artículo 43. Transmisión inter vivos.
1. Los derechos de explotación de la obra pueden transmitirse por actos inter vivos, quedando limitada la cesión al derecho o derechos cedidos, a las modalidades de explotación expresamente previstas y al tiempo y ámbito territorial que se determinen.
2. La falta de mención del tiempo limita la transmisión a cinco años y la del ámbito territorial al país en el que se realice la cesión. Si no se expresan específicamente y de modo concreto las modalidades de explotación de la obra, la cesión quedará limitada a aquella que se deduzca necesariamente del propio contrato y sea indispensable para cumplir la finalidad del mismo.
3.
Será nula la cesión de derechos de explotación respecto del conjunto de las obras que pueda crear el autor en el futuro.
4. Serán nulas las estipulaciones por las que el autor se comprometa a no crear alguna obra en el futuro.
5. La transmisión de los derechos de explotación no alcanza a las modalidades de utilización o medios de difusión inexistentes o desconocidos al tiempo de la cesión.

Artículo 45. Formalización escrita.
Toda cesión deberá formalizarse por escrito. Si, previo requerimiento fehaciente, el cesionario incumpliere esta exigencia, el autor podrá optar por la resolución del contrato.

Artículo 46. Remuneración proporcional y a tanto alzado.
1. La cesión otorgada por el autor a título oneroso le confiere una participación proporcional en los ingresos de la explotación, en la cuantía convenida con el cesionario.
2.
Podrá estipularse, no obstante, una remuneración a tanto alzado para el autor en los siguientes casos: a) Cuando, atendida la modalidad de la explotación, exista dificultad grave en la determinación de los ingresos o su comprobación sea imposible o de un coste desproporcionado con la eventual retribución. b) Cuando la utilización de la obra tenga carácter accesorio respecto de la actividad o del objeto material a los que se destinen. c) Cuando la obra, utilizada con otras, no constituya un elemento esencial de la creación intelectual en la que se integre. d) En el caso de la primera o única edición de las siguientes obras no divulgadas previamente: 1.º Diccionarios, antologías y enciclopedias. 2.º Prólogos, anotaciones, introducciones y presentaciones. 3.º Obras científicas. 4.º Trabajos de ilustración de una obra. 5.º Traducciones. 6.º Ediciones populares a precios reducidos.

Artículo 47. Acción de revisión por remuneración no equitativa.
Si en la cesión a tanto alzado se produjese una manifiesta desproporción entre la remuneración del autor y los beneficios obtenidos por el cesionario, aquél podrá pedir la revisión del contrato y, en defecto de acuerdo, acudir al Juez para que fije una remuneración equitativa, atendidas las circunstancias del caso. Esta facultad podrá ejercitarse dentro de los diez años siguientes al de la cesión.

Artículo 51. Transmisión de los derechos del autor asalariado.
1. La transmisión al empresario de los derechos de explotación de la obra creada en virtud de una relación laboral se regirá por lo pactado en el contrato, debiendo éste realizarse por escrito.
2. A falta de pacto escrito, se presumirá que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva y con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad habitual del empresario en el momento de la entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación laboral.
3. En ningún caso podrá el empresario utilizar la obra o disponer de ella para un sentido o fines diferentes de los que se derivan de lo establecido en los dos apartados anteriores.
4. Las demás disposiciones de esta Ley serán, en lo pertinente, de aplicación a estas transmisiones, siempre que así se derive de la finalidad y objeto del contrato.[...]

Artículo 52. Transmisión de derechos para publicaciones periódicas.
Salvo estipulación en contrario, los autores de obras reproducidas en publicaciones periódicas conservan su derecho a explotarlas en cualquier forma que no perjudique la normal de la publicación en la que se hayan insertado.
El autor podrá disponer libremente de su obra, si ésta no se reprodujese en el plazo de un mes desde su envío o aceptación en las publicaciones diarias o en el de seis meses en las restantes, salvo pacto en contrario.
La remuneración del autor de las referidas obras podrá consistir en un tanto alzado.


E. SOBRE EL CONTRATO DE EDICIÓN


Artículo 58. Concepto. Por el contrato de edición el autor o sus derechohabientes ceden al editor, mediante compensación económica, el derecho de reproducir su obra y el de distribuirla. El editor se obliga a realizar estas operaciones por su cuenta y riesgo en las condiciones pactadas y con sujeción a lo dispuesto en esta Ley.

Artículo 59. Obras futuras, encargo de una obra y colaboraciones en publicaciones periódicas.
1.
Las obras futuras no son objeto del contrato de edición regulado en esta Ley.
2. El encargo de una obra no es objeto del contrato de edición, pero la remuneración que pudiera convenirse será considerada como anticipo de los derechos que al autor le correspondiesen por la edición, si ésta se realizase.
3. Las disposiciones de este capítulo tampoco serán de aplicación a las colaboraciones en publicaciones periódicas, salvo que así lo exijan, en su caso, la naturaleza y la finalidad del contrato.

Artículo 60. Formalización y contenido mínimo. El contrato de edición deberá formalizarse por escrito y expresar, en todo caso:
1.º Si la cesión del autor al editor tiene carácter de exclusiva.
2.º Su ámbito territorial.
3.º El número máximo y mínimo de ejemplares que alcanzará la edición o cada una de las que se convengan.
4.º La forma de distribución de los ejemplares y los que se reserven al autor, a la crítica y a la promoción de la obra.
5.º La remuneración del autor, establecida conforme a lo dispuesto en el artículo 46 de esta Ley.
6.º El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la única o primera edición, que no podrá exceder de dos años, contados desde que el autor entregue al editor la obra en condiciones adecuadas para realizar la producción de la misma.
7.º El plazo en que el autor deberá entregar el original de su obra al editor.

Artículo 61. Supuestos de nulidad y de subsanación de omisiones.
1. Será nulo el contrato no formalizado por escrito, así como el que no exprese los extremos exigidos en los apartados 3.º y 5.º del artículo anterior.
2.
La omisión de los extremos mencionados en los apartados 6.º y 7.º del artículo anterior dará acción a los contratantes para compelerse recíprocamente a subsanar la falta. En defecto de acuerdo, lo hará el Juez atendiendo a las circunstancias del contrato, a los actos de las partes en su ejecución y a los usos.

Artículo 62. Edición en forma de libro.
1.
Cuando se trate de la edición de una obra en forma de libro, el contrato deberá expresar, además, los siguientes extremos: a) La lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra. b) El anticipo a conceder, en su caso, por el editor al autor a cuenta de sus derechos. c) La modalidad o modalidades de edición y, en su caso, la colección de la que formarán parte.
2. La falta de expresión de la lengua o lenguas en que haya de publicarse la obra sólo dará derecho al editor a publicarla en el idioma original de la misma.
3.
Cuando el contrato establezca la edición de una obra en varias lenguas españolas oficiales, la publicación en una de ellas no exime al editor de la obligación de su publicación en las demás. Si transcurridos cinco años desde que el autor entregue la obra, el editor no la hubiese publicado en todas las lenguas previstas en el contrato, el autor podrá resolverlo respecto de las lenguas en las que no se haya publicado.
4. Lo dispuesto en el apartado anterior se aplicará también para las traducciones de las obras extranjeras en España.

Artículo 63. Excepciones al artículo 60.6.º La limitación del plazo prevista en el apartado 6.º del artículo 60 no será de aplicación a las ediciones de los siguientes tipos de obras:
1.º Antologías de obras ajenas, diccionarios, enciclopedias y colecciones análogas.
2.º Prólogos, epílogos, presentaciones, introducciones, anotaciones, comentarios e ilustraciones de obras ajenas.


Extraído de:
http://www.apeti.org.es/html/tl_docs.htm
[18-02-2009]

miércoles, 28 de mayo de 2008

Traducciones por afán, ¿delito?

Copio íntegro un reportaje que ha publicado recientemente el diario El País (este periódico es una mina para el tema de artículos de traducción xD) sobre el posible delito que pueda constituir aquellas subtitulaciones que hacen los traductores cibernáuticos, o dicho de otra manera, aficionados o "frikis" (para entendernos) de una serie que saben inglés y en cuanto sale el capítulo en original, lo traducen para ponerlo a disposición de todos los fans de esa serie. Lo hacen sin ánimo de lucro, por placer (yo misma traduzco para un fansub series de anime y manga japoneses, pero desde las versiones en inglés), y surge la duda: ¿es delito traducir sin ánimo de lucro para que la gente que no entienda la versión original pueda disfrutar igual que los que sí la entienden sin necesidad de tener que esperar hasta que la doblen para su distribución en españa? Leedlo y ya me contaréis vuestra opinión...

La guerra de los subtítulos

La presión de las empresas acaba con páginas que rotulaban películas y series


MARÍA OVELAR - Madrid - 23/05/2008

Es probable que no haya oído hablar de ellos. Sin embargo, reciben miles de visitas y consiguen que muchos entiendan las palabrotas del doctor House. Los traductores cibernautas existen. Y están dando guerra. En la Red conviven decenas de páginas con subtítulos de películas y de series de televisión. Unos servicios fundados por aficionados que traducen, cuelgan y ordenan rótulos gratis.

Octavio Álamo, un canario de 26 años, es uno de ellos. Su web Wikisubtitles.net desapareció ayer. "Recibí un correo de la Federación Antipiratería que me exigía cerrarla. Me amenazaba con emprender acciones legales", cuenta este ingeniero de Telecomunicaciones. La Federación Antipiratería (FAP) -engloba al sector audiovisual- nació en 1984 para defender la propiedad intelectual. Según el mensaje, la web de Álamo ponía "a disposición de los usuarios de la Red gran cantidad de obras cinematográficas" y distribuía "con ánimo de lucro [...] todo o parte de una obra protegida". "Pero yo no cobraba ni distribuía nada". Álamo lo contó en su web. Y se armó la marimorena. Los blogueros recogieron su caso, y Meneame.net, un portal donde los usuarios votan las mejores noticias del día, lo alzó a la cúspide.

Mientras, Bluehost -el proveedor de Wikisubtitles- cerró la página. "Contacté con ellos. Se negaron a reabrirla. Les amenacé con hacerles llegar noticias de mi abogado". Bluehost no tardó ni dos horas en restituirla. "Mi abogado me dijo que al no existir ánimo de lucro no podían hacerme nada".

No obstante, en Polonia los administradores de Napisy.org, una web de subtítulos, fueron detenidos el año pasado. "Existe una directiva europea sobre el comercio electrónico", afirma el abogado especializado en Internet Javier de la Cueva. "Cada país tiene su trasposición". La Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI) regula los enlaces en España. "No son delito si no se recibe notificación fehaciente sobre el contenido ilegal al que enlazan".

¿Pero, entonces, es o no ilegal? "Si bien una actividad altruista como la traducción no es delictiva, porque no incurre en el ánimo de lucro, sí puede vulnerar la Ley de Propiedad", afirma el abogado David Bravo. La razón: los subtítulos son obra derivada de la propiedad intelectual y no se pueden traducir sin consentimiento de los titulares. "Existe un desfase entre la ley y los usos sociales. El problema no es la FAP, es el garrote que les da la ley". José Manuel Tourné, director de la FAP, matiza: "Otros países europeos tienen leyes más duras contra la piratería. España se ha quedado atrás: para que sea delito debe decidirlo un juez".

Álamo cerró ayer, desbordado por los acontecimientos. "Surgirán mil más", pronostica Fernando Garrido, subdirector del Observatorio de la Cibersociedad. "Cuando se cierra una página, nacen mil clones. Internet es imparable. Ésa es su fuerza".

Recurso electrónico: La guerra de los subtítulos