El caso parece de chiste, pero es real como la vida misma: el pasado 1 de mayo, un intérprete de kurdo se personó en las instalaciones de la Policía en el Aeropuerto de Barajas. Era su primer día de trabajo como intérprete para la Policía. Al dar sus datos fue inmediatamente detenido: sobre él pesaba una orden de búsqueda y tenía siete antecedentes policiales.
Hay quien alegará que así da gusto, que si todos los casos fueran así se resolvían muchas órdenes de búsqueda… y con poco trabajo para los agentes policiales. Pero la cosa no es para tomársela a guasa: resulta que la Dirección General de la Policía ha puesto en manos de una empresa privada tareas de gran responsabilidad como el servicio de interpretación de declaraciones orales, traducciones escritas, escuchas telefónicas y transcripciones de cintas de audio u otros soportes informáticos grabados en lenguas distintas del castellano… y a la hora de ‘fichar’ parece que algunos pasan los controles.
La denuncia pública ha llegado de la mano de la Sección Sindical Estatal de Interior de Comisiones Obreras, que ha observado diversas anomalías en el contrato suscrito con SEPROTEC, una empresa dedicada a la traducción, para que realice una serie de trabajos relacionados con la seguridad del Estado, "a pesar de contar con unos 300 empleados públicos que podrían llevar a cabo esas tareas con total garantía".
Nos dice Comisiones que “para cumplir con el objeto del contrato, SEPROTEC ha proporcionado personas que incluso cuentan con antecedentes policiales para unas labores que suponen acceso directo a información relevante para la seguridad del Estado y de los ciudadanos. La adjudicación del contrato a la citada empresa ha supuesto al Ministerio del Interior un desembolso de 2.600.000 euros”. El contrato lo firmó el anterior director general de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida.
Según César Pérez, de la Sección Sindical Estatal de Interior, el caso del intérprete de kurdo con el que iniciábamos esta noticia parece que no es el único: unos días después ocurrió algo parecido con un traductor pakistaní. El caso es curioso, como mínimo.
Fuente: Diariocrítico.com: Intérpretes con antecedentes policiales
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